28
Nov

Trans… al otro lado

Cuando en el siglo XX se comenzó a pensar que la tecnología podía ayudarnos a mejorar como especie a menudo se imaginaban progresos que nos aproximaran a las máquinas. Ya entonces se denominó a esta nueva forma de pensar transhumanismo. «Trans» significa «al otro lado». Pocos, entre ellos Kurzweil, manifestaron que esa evolución tecnológica tenía que ir acompañada de un fuerte compromiso humano, ético y social.

¿Ética y tecnología? Sí, porque aunque algunos se empeñen en considerarlas incompatibles, el pasado siglo, y lo que llevamos del presente, han demostrado que cuando «lo técnico» es la única referencia nos dirigimos directamente al desastre.

La ciencia nos prometía poder, y nunca la humanidad tuvo tanto poder en sus manos como ahora. Quizá sea cierto que el conocimiento nos hace libres. Lo que queda por saber es si algún día logrará también hacernos mejores.

Luis Arenas, filósofo.

Ahora, los gurús que se empeñan en poner nombres a todo lo que hacemos han denominado transmedia a la nueva forma de construir universos narrativos. Es, sin duda, el camino de la nueva ficción pero también el de otros formatos de comunicación, del arte y de la creatividad. «Trans» significa «al otro lado». Aunque yo creo que es mucho más… «Trans» es transmedialidad pero también transversalidad, tránsito, transformación, transgresión… y sobre todo; transhumanismo con un fuerte compromiso ético.

Por eso creo que la unión de la ingeniería avanzada y la creatividad extrema puede ser una vía para desarrollar innovadoras arquitecturas de ficción que exploren fórmulas de producción y modelos de rentabilidad más próximos a la nueva economía que a los tradicionales sistemas especulativos.

Seguramente… en “el otro lado” todo es posible.